5 DE OCTUBRE, lunes
No pasará tu
Palabra
Pasan los
días y los años
se enreda la
historia, y se llena
de nombres,
de rostros, de gestos.
Se suceden
los llantos y las risas.
Se arrugan
los rostros y las manos.
Se llena de
nieve el cabello.
Hay heridas
que al fin cicatrizan.
Pasan
palabras que se olvidan,
canciones que
mueren,
versos que
nadie recita más.
Pasa la vida,
sólo una.
Pero tu
palabra permanece.
Permanece el
amor, como fuerza
poderosa.
Permanece cada caricia
que humaniza
el mundo;
cada acto de
perdón,
y cada fiesta
sin excluidos.
Permanece la
bienaventuranza
como una
forma de ser,
y el prójimo,
y el abrazo
al hijo
ausente que regresa.
Tu palabra no
pasa. Nunca AMEN
6 DE OCTUBRE, martes
Ama a tus
enemigos. A aquellos a los que les caes mal, tú trátalos bien. Habla bien de
quien te critica, reza por quien te injuria.
Si alguien te
golpea en una mejilla, ofrécele a la otra, si alguien te pide algo, dale más de
lo que pide, sé generoso con tus bienes, tu tiempo, tus talentos; da a todo el
que te pide, al que te quite algo no se lo reclames. Trata a la gente como
querrías que la gente te tratara a ti.
Amar a quien
te ama es más natural. Cualquiera puede hacerlo. Si haces el bien a quien es
bueno contigo, no estás haciendo nada extraordinario. Si prestas esperando
cobrar tampoco haces nada del otro mundo, pues todo el que presta quiere
recobrarlo prestado.
Tú ve más
allá. Ama a tus enemigos. Haz el bien y presta sin esperar nada a cambio.
Tendrás una recompensa inesperada, y mostrarás al mundo el rostro del Padre
bueno, que es generoso con ingratos y malvados. Ten compasión, a la manera del
mismo Dios, que es compasivo. Mucha gente se pasa el día juzgando al prójimo,
diagnosticando, criticando, etiquetando... Tú no juzgues, y nadie te juzgará.
No condenes, y nadie te condenará. Perdona, y alcanzarás el perdón para tus
propias faltas. Da, y ya verás cómo recibes mucho más de lo que has entregado.
La medida que tú uses es la medida que la
gente usará contigo.
7 DE OCTUBRE, miercoles
Señor
Jesús: me pongo en camino.
Quiero buscarte.
Dame un corazón sencillo,
unos pies ligeros, unos ojos abiertos
para que sepa descubrirte a Ti
en todos los acontecimientos de la vida
Oriéntame cuando me pierda,
acógeme cuando me canse,
llévame a los otros cuando me sienta solo.
Dame valentía, fortaleza y audacia
para no decaer en mi búsqueda,
para permanecer siempre firme.
Haz que mis pies pisen la tierra
Oriéntame cuando me pierda,
acógeme cuando me canse,
llévame a los otros cuando me sienta solo.
Dame valentía, fortaleza y audacia
para no decaer en mi búsqueda,
para permanecer siempre firme.
Haz que mis pies pisen la tierra
que
pisaron los tuyos,
que mis hombros sólo carguen la libertad
y el desprendimiento que llevaron los tuyos,
que mis entrañas anhelen sólo tu Palabra.
PADRENUESTRO
que mis hombros sólo carguen la libertad
y el desprendimiento que llevaron los tuyos,
que mis entrañas anhelen sólo tu Palabra.
PADRENUESTRO
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga
Que
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.
9 DE OCTUBRE, viernes
Padre
nuestro que nos ofreces tu casa para encontrarnos contigo y orar, santificado
sea tu nombre y tu pueblo,
venga
a nosotros tu Reino de justicia,
hágase
tu voluntad de forma pacífica y a través de denuncias proféticas.
Danos
hoy nuestro pan para vivir dignamente y con libertad,
perdona
nuestras complicidades con una religión opresora,
no
nos dejes caer en la tentación de acomodarnos en la rutina
y
líbranos de poner en el centro de nuestra vida y de nuestra fe al dinero.
EVANGELIO DEL DÍA (Lucas 11,1-4)
Una
vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus
discípulos," Él les dijo: "Cuando oréis decid: "Padre,
santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del
mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo
el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación."
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