domingo, 22 de noviembre de 2015

Oraciones semana del 23 al 27 de noviembre

LUNES 23


La oración del alfabeto

     

Un pobre campesino que regresaba del mercado a altas horas de la noche descubrió de pronto que no llevaba consigo su libro de oraciones.

Se hallaba en medio del bosque y se le había salido una rueda de su carreta, y el pobre hombre estaba muy afligido pensando que aquel día no iba a poder recitar sus oraciones.



Entonces se le ocurrió orar del siguiente modo: " He cometido una verdadera estupidez, Señor: he salido de casa esta mañana sin mi libro de oraciones, y tengo tan poca memoria que no soy capaz de recitar sin él una sola oración. De manera que voy a hacer una cosa: voy a recitar cinco veces el alfabeto muy despacio, y tú, que conoces todas las oraciones, puedes juntar las letras y formar esas oraciones que yo soy incapaz de recordar".

Y el Señor dijo a sus ángeles: " De todas las oraciones que he escuchado hoy, esta ha sido la mejor, porque ha brotado de un corazón sencillo y sincero". Anthony de Mello









                                                                   MARTES 24


¿DÓNDE GUARDAS TUS TESOROS?

            “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma echan a perder las cosas, y donde ladrones socavan y roban; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la carcoma echa a perder, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.    Mt 6, 19-21

      Si abrieras tu corazón ¿con qué te encontrarías?
      ¿Qué has acumulado en tu vida?
      ¿Crees que debes dejar cosas en tu vida que no tienen valor?                          

              PADRE NUESTRO...


MIÉRCOLES 25


Unos ojos para mirar

¿Por qué nos fijamos tanto en los ojos de las personas? Cuando alguien te dice: “Qué ojos más bonitos tienes”, te sientes feliz.  Se suele decir que “Los ojos son el espejo del alma”, y nada hay tan hermoso como los ojos de un niño pequeño porque en ellos se transparentan claridad e inocencia. Agradece hoy a Dios que te haya dado unos ojos. Dale gracias porque puedes ver la luz del sol cada amanecer y porque puedes contemplar los ojos de los demás. Pídele unos ojos limpios para que puedas ver todo lo bello que hay a tu alrededor.
Palabra de Dios (Lc 18, 35-43) 
Cuando se acercaba a Jericó, había un ciego sentado al lado del camino pidiendo limosna. Al oír pasar a la gente, preguntó qué era aquello. Y le dijeron: Es que pasa Jesús de Nazaret. Entonces gritó: ¡Hijo de David, ten compa­sión de mí! Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando se acercó, le preguntó: ¿Qué quieres que te haga? Y él le contestó: Señor, que vea. Jesús le dijo: ¡Ve! Tu fe te ha salvado. Y al instante recobró la vista y lo si­guió dando gracias a Dios. Todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. 
Salmo
Muchas veces siento que soy como el ciego del camino: tengo los ojos cerrados a la luz y siento duras escamas que me impiden ver lo bello que hay a mi alrededor. 

Señor, ábreme los ojos a tu vida.
Enséñame a descubrir y a mirar
las cosas bellas que has puesto en mi vida.
Enséñame a ver lo bueno y bello 
que has puesto en las personas que viven a mi lado.
Queremos ver el mundo con ojos limpios. Queremos abrir nuestros ojos a la luz de tu evangelio. Queremos mirar la vida de frente y con sentido.


JUEVES 26

                              
LA IMPORTANCIA DE UNA SONRISA

“Me estrecha la mano cordialmente y sonríe. Sonríe y ríe con espontaneidad, como un niño. Una sonrisa serena, amplia, liberadora. Experimento que la suya es una alegría contagiosa y sutil, una alegría que le sale de dentro, del alma, una alegría afable, apacible, que te hace olvidar las congojas que llevas entre pecho y espalda. Su alegría me hace sentir bien y ya nada me pesa…” Así describe un periodista el encuentro con un amigo a quien iba a pedir consejo.

Hay quien dice que en nuestro mundo no hay alegría. Si no la hubiera, ya habría estallado o se habría resecado.  Hay alegría y personas que saben comunicarla. Simplemente tenemos que poner en práctica un pequeño gesto que siempre es agradable cuando lo vemos en los demás: una sonrisa.

Una sonrisa no cuesta nada pero vale mucho. Enriquece a quién la recibe sin empobrecer a quién la da. Dura sólo un instante, pero el recuerdo de esa sonrisa dura para siempre. Nadie es tan rico que puede vivir sin ella, ni tan pobre que no la merezca. Es la señal externa de la amistad profunda.

Una sonrisa alivia el cansancio. Da fuerzas al alma, y es consuelo en la tristeza. Una sonrisa puede ser un tesoro desde el momento que se da. Si crees que a ti la sonrisa no te aporta nada, sé generoso y da una de las tuyas, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como quién no sabe recibir.  PADRE NUESTRO...



VIERNES 27



ALEGRÍA EN MEDIO DE TRISTEZA

Para terminar la semana me gustaría que conocieras a uno de los grandes artistas de la historia de la humanidad: Mozart. Aparte de ser uno de los grandes compositores de música fue una persona sencilla, que vivía  en la pobreza pero creaba música para alegrar la vida de los demás. Apenas si tenía seis años y ya iba de la mano de su padre recorriendo ciudades y dando conciertos al clavecín de piano. Mozart era “el niño prodigio de la música”.

            A los diez años dejó asombrados a los holandeses, dando un insuperable concierto con el órgano más grande y complicado del mundo. A los catorce años fue llevado por su padre al Vaticano para que escuchase cantar un largo Miserere cuyas  partituras  guardaban con gran secreto, y estaba  penado con excomunión  hacer copias de las mismas. Al joven Mozart le bastó escuchar una sola vez la larga obra para escribir luego la partitura con sólo tres errores.

 

            De mayor trabajó toda su vida como compositor y músico de la corte. Pero su vida fue un continuo sucederse de miserias e infortunios. Vivió siempre entre estrecheces, pasando hambre y frío junto a su esposa Constanza, una muchacha joven de salud delicada. Tuvieron siete hijos de los que sólo sobrevivieron dos.

 

            Sin embargo en su música nunca deja que aparezca la pena o la tristeza. En medio de tantas desgracias fue capaz de escribir melodías alegres y llenas de vida. El día de su entierro descargó una terrible tormenta. Tan sólo dos amigos suyos acompañaron el féretro, que fue enterrado en la fosa común destinada a los pobres.

 

            Pero Mozart triunfó sobre las envidias, la enfermedad, las deudas y la misma muerte. En vez de dejarse vencer por la tristeza, fue capaz de componer las más bellas y alegres composiciones musicales que han perdurado  hasta  nuestros  días.

 

 

REFLEXIÓN    


En medio del trabajo del día a día,  la alegría y el optimismo que manifestemos nos ayudarán a vivir mejor.


PADRE NUESTRO...
      







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