domingo, 29 de noviembre de 2015

ORACIONES DE LA MAÑANA.

LUNES 30 DE NOVIEMBRE


Una llamada a DESPERTAR 










Comenzamos el tiempo de adviento y con él, un tiempo en el que Jesús, nos invita a  vivir despiertos, y  a estar con los ojos bien abiertos, para poder percibir, percatarnos de cómo Jesús sigue queriendo nacer y vivir en cada uno de nosotros.

Hemos de despertar de lo que nos tiene indiferentes, pasivos, conformistas, distraídos en cosas que no son importantes… y vivir vigilantes para mirar más allá de  nuestros pequeños intereses y preocupaciones.

Que este tiempo de adviento, sea un tiempo de tener una mirada atenta hacia el interior, a nuestro corazón, para descubrir cómo Dios nos habla, nos mira, nos llena de  vida y de luz.

Que este tiempo de adviento, sea un tiempo, también para tener una mirada atenta a quienes  viven a nuestro alrededor, que  andan necesitados de esperanza, de buena noticia en sus vidas… de esa Luz que Dios nos regala y que quiere que la llevemos y contagiemos a otros.

PADRE NUESTRO

MARTES 1 DE DICIEMBRE:




Jesús, todos los días escucho que los jóvenes somos el presente y el futuro, y que en nosotros está la esperanza. Lo escucho en los labios de mis padres, en el colegio, en la televisión...  Ante esto, me da miedo y temo en ocasiones, porque la realidad es que me siento invadido y no sé hacia donde seguir. La verdad es que siento que poseo grandes cualidades, pero no veo cómo las puedo ejercitar, cómo puedo llevarlas a la práctica.

Algunas veces me comparo con un avión nuevo y bien equipado en un hangar sin pista y sin piloto. Creo que eso somos los jóvenes, aviones nuevos sin estrenar, esperando que nos coloquen en la pista. Jesús, hay muchos jóvenes que se sienten hoy aviones sin pista en el museo de la desorientación, ante la mirada de un mundo que espera que nos decidamos a comprometernos.

Jesús, hoy deseo decirte que deseo ser piloto de mi propia aeronave, que tu palabra me basta para abrirme al mundo. No quiero seguir siendo comodín de la ruleta de la hipocresía; ya me harté del imperio del consumismo en el que nadie es valorado por lo que es, sino por lo que puede dar.

Jesús, en mi papel de joven, sé que es duro romper con el ambiente en el cual me he levantado desde niño pero sé que sólo Tú eres la persona que colma de sentido mi existencia. Permíteme no dudar jamás de tu amor, de tu coherencia de tus sentimientos y pensamientos, en los cuales encuentro el camino para mi realización, veo la luz que me abre horizontes de vida nueva

Jesús quiero ser joven contigo y encontrar en mí, los instrumentos para extender tu reino, entre la sociedad, pero especialmente entre mis amigos.


MIÉRCOLES:








ESPERAR no puede confundirse con la actitud de quien espera, despreocupado, la llegada de ese amigo que ha anunciado que viene. En tal caso, podríamos velar siguiendo con lo nuestro o al calor de las mantas.

Más, si velamos así, seguro que con el ruido o con el sueño no oiremos su llamada a nuestra puerta. Seguro que nuestras ocupaciones nos impedirán que nos ocupemos de él. Seguro nos perdemos la dicha de descontar, uno a uno, los días que faltan para su llegada. Seguro que no vuelve a venir...

ESPERAR consiste en mirar una y otra vez por la ventana. En desplegar nuestras antenas a los cuatro puntos cardinales en busca de algún signo que denote la llegada.

ESPERAR es quitar estorbos y embellecer la casa para que pueda acaecer en ella algo feliz.

ESPERARuna de estas esperar ha de consistir en arreglarlo todo para que pueda tener lugar la fiesta, sin perdida de tiempo, apenas llegue el amigo a quien se espera.

ESPERAR la llegada del Amigo que esperamos en Adviento es aún algo más:

Es como acelerar, como garantizar esa misma venida. ¿Cómo va el Señor a resistirse al deseo de reunirse cuanto antes con aquellos que le esperan con tanta impaciencia?

ESPERAR, pues en Adviento, consiste, en fin, en dejar que entre en casa el Evangelio.

ESPERAR es... estar listos... como lo están los médicos de guardia o ese retén de bomberos. Como lo está esa joven mamá con todo preparado para la hora del parto.

En Adviento, estar listos consiste en estar prontos a amar. Para abrir nuestras puertas, no lo suficiente, sino de par en par. Para transformar las propias palabras y acciones en herramientas de paz y de acogida para todo el que llegue en el nombre del Señor.


JUEVES:





Señor, Jesús, al comenzar este tiempo de Adviento, ponemos en ti nuestra confianza. 
Fortalece nuestra esperanza para saber descubrirte ya presente entre nosotros. 
Descubrirte en la gente buena que pasa por la vida haciendo el bien. 
Despiértanos de nuestros sueños y levántanos de nuestro egoísmo.
 Prepara nuestros corazones para que se conviertan en la casa amable y humana en la que Tú puedas nacer. 
Te esperamos y salimos a tu encuentro. 
Cuando llegues, llenos de alegría te daremos el mejor de nuestros abrazos. 
Señor, que este tiempo de Adviento nos ayude a vivir centrados en Jesús.


VIERNES:
Como María Padre Bueno, 
dame la fe de la Virgen María para que yo también pueda decir «sí» a todo lo que me pides. 

Ayúdame a confiar en ti y a seguir tu camino. 
Que no me borre de ser tu amigo en los momentos difíciles, cuando cuesta ser cristiano porque hay que ir contracorriente.

Que siempre siga el ejemplo de María, madre tuya y madre nuestra. 

Padre Bueno, quiero aprender a decir que se haga tu voluntad. 
Enséñame cada día a parecerme un poco más a María, tu Madre; siempre dispuesta.

Ayúdame a descubrirte como María
en aquello que espera mi  corazón
en aquello que me hacia latir y sentir 











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