domingo, 20 de diciembre de 2015

Oraciones semana del 21 al 25 de diciembre


Lunes 21

Entra en mi casa
Tú sabes bien que te necesito,
aunque no te invite a entrar en mi casa,
aunque te olvide y te traspapele,
aunque me distraiga de ti y de tus cosas.
Señor, pasa hasta el fondo, sabes que te quiero,
que mi amor es olvidadizo y despistado,
pero que eres el timón de mi vida,
la salud, la ilusión y el descanso.
Como el criado del centurión estoy enfermo
de tantas cosas que Tú sabes bien, Señor,
y por más que yo propongo enmendarlas,
sólo Tú podrás poner mi vida en armonía.
No te quedes en la puerta, pasa hasta el fondo,
siéntete en tu casa, hazte el Señor de mis días,
invade mi cuerpo, mi mente, mi agenda,
condúceme a lo que Tú tienes soñado para mí.

Martes 22

Cuenta conmigo, Señor
Aquí me tienes, preocupado por mis cosas,
atento a las quejas de mi cuerpo y a mis pensamientos y miedos.
Tú me recuerdas que la mies es mucha,
que hay poca mano de obra. Cuenta conmigo para tu reino.
Me envías a las personas más tristes, a las desencantadas y doloridas,
a las que les duele la soledad y más les duelen las heridas de la vida.
Tú cuentas conmigo para animar, para ser el amigo que escucha,
la persona que acompaña, y el que pone ilusión en el otro.
Tú quieres que, contigo, el enfermo se sienta mejor,
que alivie sus complejos y culpas, que relativice problemas y dramas.
Aquí me tienes, Señor,
me ofrezco para recoger tu mies.

Miércoles 23

Conviértenos a Ti

Conviértienos a Tí,
que tu llegada nos cambie el corazón
y trabajemos para tratarnos como hermanos,
para estar atentos a lo que necesita el otro,
para vivir centrados en los demás,
para estar en escucha del que sufre.
Conviértenos a ti, Señor,
enseñándonos a construir la paz,
a tratarnos con ternura,
a frenar los enfrentamientos,
a minimizar las diferencias,
a utilizar expresiones cálidas,
a buscar las cosas que nos unen,
a construir tu reino de igualdad
y fraternidad permanente.
Conviértenos a ti, Señor,
no nos dejes seguir viviendo así,
no permitas que la indiferencia nos envuelva.
Despiértanos la sensibilidad.
Conviértenos el corazón,
ese de piedra e indiferencia,
para que amemos más,
para que sintamos con el otro,
para que mejoremos su existencia.

Jueves 24
Bendición de la mesa en Nochebuena

Bendice, Señor, nuestra mesa.
Por una noche al menos, quisiéramos que el mundo fuera una gran familia: sin guerras,  sin hambre ,  sin dolor, ni desesperanza...; y con algo más de ternura y  cariño, de pan y de paz.
Que nuestro hogar, Jesús, acoja tu palabra de amor y de perdón y que siempre estés tú presente en medio de nosotros.
Consérvanos unidos.
Danos durante todo el año paz y trabajo. Salud y capacidad de reunir y unir a los demás.
Danos fuerzas para ser personas justas, comprensivas, entrañables, comprometidas por un mundo mejor.
 Así habrá muchas “noches-buenas” y “días-buenos”.
 Eres bienvenido, Señor, siempre a esta casa.
Confiamos que Tú nos reúnas también un día en tu casa para celebrar la eterna Navidad.


Viernes 25







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